Desde hace años venimos leyendo artículos de investigación, publicaciones, asistiendo a conferencias donde se habla de la importancia de la creación de una cultura preventiva en las organizaciones y de la implantación de un sistema de observaciones del trabajo. El objetivo es poder generar un cambio de hábitos de las personas, detectando los actos inseguros que ocurren en nuestra organización y convertirlos a través del cambio de actitudes en actos seguros.
Todas estas publicaciones concluyen que con la creación de una cultura de seguridad real y efectiva, se logra el ansiado objetivo de “Cero Accidentes”. Estas teorías están basadas en análisis que nos dicen que los factores humanos están detrás del 80 – 90% de los accidentes e incidentes que ocurren en las organizaciones. Siguiendo esta teoría, si todos los esfuerzos a nivel de prevención de riesgos laborales que hacemos, se enfocan en la realización de mejoras o controles técnicos sólo estaremos influyendo en el 10-20% de las causas de nuestros accidentes / incidentes y nos estamos olvidando del 80 – 90 % restante.
Pero, ¿Son ciertos estos datos? ¿Es verdad que implementando un programa de cambio de actitudes en la empresa podremos llegar al objetivo de “Cero Accidentes”? ¿Se puede cuantificar un ahorro económico real para la empresa, como resultado de implantación de un Sistema de Observaciones de Trabajo? ¿Por qué en algún caso en concreto implementando un Sistema de Observaciones, no se obtienen estos resultados?.
A lo largo de este artículo intentaré daros las respuestas a estas preguntas en base a mi experiencia profesional con este tipo de herramientas.
Los comienzos
Hace 10 años, tuve la suerte de comenzar mi andadura en el mundo de los Sistemas de Observaciones de Trabajo, y la ardua tarea de la detección de actos inseguros para lograr el cambio de los mismos. Esta andadura, la comencé en una empresa multinacional del sector químico. Yo trabajaba como Coordinadora de Seguridad y Salud de la planta de producción, que en aquella época contaba con una plantilla cercana a los 220 trabajadores.
En el año 2010, año en el que decidimos implementar un sistema de observaciones de trabajo, teníamos un Índice de Frecuencia de 46 y un número total de accidentes / año (contabilizando accidentes con baja, sin baja e in itinere) cercano a 50. Estábamos realizando multitud de inversiones para la mejora de equipos y procesos de trabajo, programas de formación pero los indicadores de accidentabilidad seguían aumentando.
En aquel momento realizamos un análisis en profundidad de accidentabilidad, en el cual, nos dimos cuenta de que un gran porcentaje de nuestros accidentes se debían a causas humanas (distracciones, no uso de equipos de protección individual, etc). Por ello tomamos la decisión de poner en marcha algo diferente, y pensamos que la herramienta que podía ayudarnos era un Sistema de Observaciones de Trabajo.
Para seros sinceros, al principio no estábamos totalmente seguros, de si dicho programa podría tener el efecto deseado, pero sabíamos que no teníamos nada que perder y mucho que ganar así que nos pusimos en marcha.
La implantación
El primer paso era establecer qué personas formarían parte de nuestro grupo de observadores. Los observadores, en este tipo de programas, son las personas que se encargarán de realizar las Observaciones de Trabajo directamente en los puestos, y, para ello, deben recibir una formación detallada. Durante esa formación se les proporcionan herramientas y habilidades, tanto de observación como de comunicación, con el fin de buscar una consistencia en todo el grupo de observadores, y garantizar la eficacia de esas observaciones de trabajo.
En nuestro caso decidimos que formarían parte de nuestro grupo de observadores los mandos intermedios de producción de la empresa (supervisores, responsables de sección, etc) y parte del equipo de dirección.
Os puedo asegurar que los comienzos no fueron fáciles, los supervisores en un primer momento sintieron que estábamos cargándoles con unas tareas que no le correspondían y no se sentían cómodos con el planteamiento del método, pero, poco a poco, fueron realizando sesiones, prácticas de observación y se fueron sintiendo cada vez más cómodos con el proceso.
Por otro lado, los operarios de producción, sintieron, que los supervisores los controlaban cada uno de sus procesos de manera en exceso minuciosa, notando cierta presión. Con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que dichas observaciones de trabajo, servían para mejorar procesos, maquinaria, equipos de protección individual, y, en algunas ocasiones, generar nuevos procedimientos de trabajo y siempre con la participación y colaboración de los propios trabajadores de producción.
Los resultados
Los resultados del primer año fueron más que positivos. En el 2011 pasamos de un Índice de Frecuencia de 51,83 a un Índice de Frecuencia de 11,41 (una reducción del 78%) y de 50 accidentes / año a 22 (un 56% menos que en 2010).
Aun así, os puedo decir, que continuamos un poco escépticos sobre los resultados y queríamos ver, si dichos resultados se podrían mantener en el tiempo y no era fruto simplemente de una casualidad. A día de hoy, puedo deciros, que año tras año los indicadores se fueron reduciendo hasta que en el 2014 se logró un Índice de Frecuencia de 0, alcanzando así el ansiado objetivo. Si analizamos la evolución de otro indicador importante, el número de jornada pérdidas por accidentes de trabajo en la empresa, obtenemos un resultado muy similar. En el 2010 se habían perdido en la empresa 526 jornadas de trabajo debido a accidentes con baja, y, en 2014, al no ocurrir ningún accidente de trabajo, no se perdió ninguna jornada.
Los responsables del éxito del programa, habían sido, por un lado, los propios supervisores de producción, mandos intermedios, y, por otro, los propios trabajadores, con su ayuda, participación e implicación durante las observaciones de trabajo llevadas a cabo. Ambos pasaron de un sentimiento de “incomodidad” en el comienzo del proyecto, a una sensación de “orgullo total” por los resultados obtenidos y la implicación que ellos habían tenido en dichos resultados.
Las respuestas
Si volvemos a las preguntas que os planteaba al inicio, podéis ver, en los resultados comentados, cuales son las respuestas:
“¿Son ciertos estos datos? ¿Es cierto que podemos llegar al objetivo de Cero Accidentes?«
La respuesta claramente es SÍ. A medio plazo y con un sistema de observaciones de trabajo como herramienta principal se puede lograr.
“¿Se puede cuantificar un ahorro económico real ara la empresa, como resultado de implantación de un sistema de observaciones de trabajo?”
Como habéis visto y basándonos en los resultados expuestos la empresa se ha ahorrado todos los costes relacionados con el número de jornadas perdidas / año.
En este punto, alguno de vosotros os estaréis preguntando por el coste de la implantación del Sistema de Observaciones de Trabajo. La inversión total para la implantación de este sistema de observaciones en esta empresa, donde se formó a un total de 18 observadores internos, no alcanzó los 9.000 euros.
¿Podemos extrapolar estos resultados?
A estas alturas sólo nos queda responder a una de las preguntas iniciales:
“¿Por qué en algún caso en concreto implementando un sistema de observaciones, no se obtienen estos resultados?”
Las respuestas pueden ser muy diversas, por eso hemos publicado un artículo centrándonos y resaltando cuáles son los factores claves de éxito para lograr dichos resultados cuando implementas un programa de cambio de actitudes.
Conclusiones
Trabajar con personas no es fácil, ni se pueden obtener resultados a corto plazo. Antes de iniciar este proceso debemos saber que tenemos que tener constancia, paciencia, y saber que no será un proceso sencillo ni vamos a obtener resultados en un mes. Lo que os puedo garantizar es que será es un proceso del cual os sentiréis orgullosos, en el momento que podáis ver y contabilizar los resultados finales. Este tipo de experiencias, para las personas que nos dedicamos a la prevención de riesgos laborales, es algo que nos proporciona la satisfacción, que muchas veces es difícil de conseguir en nuestra profesión.
A mi, personalmente, esta experiencia me ha servido para aprender, y conocer una parte de la prevención de riesgos laborales a la que, afortunadamente, a día de hoy, me sigo dedicando con total motivación.
Hace unos años inicié un nuevo proyecto: creamos una empresa consultora, Thinkinsafety Consulting, en la que, realizamos asesoría integral y especializada en seguridad y salud para diferentes empresas. Gracias a mi experiencia en el cambio de actitudes hacia los riesgos del trabajo, desde Thinkinsafety, sigo ayudando a muchas empresas a lograr estos resultados y conseguir este nivel de satisfacción al que se puede llegar con este tipo de programas.
A pesar de que este tipo de herramientas deberían haber sido el comienzo de la prevención de los riesgos laborales, a día de hoy son el futuro y, a pesar, de que todavía son herramientas desconocidas, o conocidas de manera errónea, son básicas y esenciales en cualquier sistema de gestión de seguridad y salud.
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